Secretaría de Educación Superior, Ciencia,
Tecnología e Innovación ejecuta el proyecto de Recursos Sustentables
para Etanol (RESETA)
“El conocimiento es un medio para el
cambio de matriz productiva y energética, estamos trabajando por el
Ecuador del futuro, el de la era postpetrolera”, con esta afirmación
René Ramírez, Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e
Innovación presentó este martes, 4 de febrero de 2014, la primera
refinería del país, que obtiene etanol a partir de desechos agrícolas
como bagazo de banano, papa, palma africana, tagua, entre otros, esta se
encuentra ubicada en el campus Nayón de la Pontificia Universidad
Católica del Ecuador (PUCE).
Se trata del Proyecto RESETA
(Recursos Sustentables para Etanol) que le ha permitido al Ecuador
diseñar y construir su primera biorrefinería piloto con capacidad para
producir de 40.000 a 60.000 litros de etanol anhidro por año con la
biomasa residual existente en los cultivos más representativos a escala
nacional. Durante este proyecto se han descubierto nuevas especies de
levaduras y una nueva plataforma química mediante la transformación de
los residuos agrícolas e industriales.
El Ph.D. Javier Carvajal
Barriga, Becario de Doctorado y Post doctorado de la Secretaría de
Educación Superior Ciencia y Tecnología e Innovación en Ciencia de
Alimentos (Universidad de Castilla La Mancha-2010) y en Nanocelulosa
(Instituto Politécnico de Grenoble, Francia 2013), señaló que RESETA
busca la transición de una economía basada en los hidrocarburos a una
economía basada en los carbohidratos. “Hace cinco años solo trabajábamos
en tubos de ensayo, con la inversión de esta Secretaría de Estado
estamos logrando obtener etanol de segunda generación, biogas y
biofertilizantes. Además, existe el potencial para producir nanocelulosa
para futuras aplicaciones científicas y tecnológicas”. Carvajal
enfatizó “pensemos en grande y miremos al microscopio, seamos gigantes
produciendo nanocelulosa”.
Esta biorrefinería, desarrollada por un
grupo de 35 investigadores, es una planta de alta tecnología que
integra procesos físicos, químicos, bioquímicos y biológicos para la
transformación de biomasa en diversos productos de interés nacional,
como por ejemplo: papel, cartón y refuerzo de materiales plásticos.
Además,
representa un proceso de desagregación tecnológica, así explicó
Ramírez, pues la tecnología de la planta fue diseñada y creada por
talento humano nacional. En este proyecto de investigación, la
Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación
invirtió US$ 1’513.275.
Uno de los materiales más importantes que
se pueden obtener en esta biorrefinería es la nanocelulosa que se
consigue a partir de la compresión de fibras vegetales, que producen
importantes características físicas para aplicaciones de alta tecnología
en la electrónica, la industria farmacéutica y los biocombustibles.
Además, entre los beneficios que extraerán del residuo del banano está
su potencial uso en la producción de bebidas hidratantes. Así, el
Ecuador valoriza los residuos agrícolas e industriales y promueve la
cultura del cuidado y protección ambiental.
“Apuntamos hacia una
economía que pueda generar valor agregado mediante el conocimiento.
Estamos realizando investigaciones de punta con nanocelulosa, que sirve
para hacer gran cantidad de productos y bienes y abre un abanico para la
diversificación productiva”, dijo Ramírez.
Carvajal explicó que
las aplicaciones de los resultados de esta investigación son múltiples;
entre ellos la obtención de fertilizantes para cultivos. La nanocelulosa
opera en campos tan amplios como las ciencias espaciales; sirve para
atrapar polvo de estrellas en el espacio; en la ingeniería de tejidos se
usa para recuperar nervios humanos perdidos en accidentes o para
refuerzo de materiales neumáticos o plásticos, entre otros usos.
En
la rueda de prensa se explicó el proceso de generación de etanol, a
partir de los desechos del banano (tallo, hojas y raquis) así como las
cifras aproximadas de la valorización de su biomasa residual:
Para
el desarrollo de este proyecto, la PUCE tiene el aval de la Sociedad
Interamericana para el desarrollo de biorrefinerías (SIADEB) y la Red
Iberoamericana de Energías, así como convenios interinstitucionales con
el Instituto de Investigación Alimentaria (Inglaterra), Instituto
Tecnológico de Grenoble (Francia), la Universidad del Estado de Carolina
del Norte (Estados Unidos), para intercambiar conocimientos mediante
asesorías técnicas y científicas para el desarrollo de tecnología en
materia energética.
Así, el Ecuador, con su primera biorrefinería,
camina hacia el cambio de la matriz energética y productiva,
transitando de los hidrocarburos a los carbohidratos, como fuentes de
combustibles en el país y sin afectar la soberanía alimentaria.
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